martes, 8 de diciembre de 2015

EL ELEFANTE ENCADENADO




Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

 El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?». No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. 

Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez. Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:



El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza... Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que «no podemos» hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños, lo intentamos y no lo conseguimos. 

Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré. Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosostros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca. Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos: No puedo y nunca podré. 


Jorge Bucay


Bonito cuento de Jorge Bucay que nos pone de manifiesto la importancia de las creencias en nuestra vida. Como bien dice la mayoría de ellas son limitantes, no puedo hacer esto o lo otro, nunca lo conseguiré, no soy demasiado bueno, para que intentarlo si siempre fracaso,etc.


Vivimos llenos de frustación ,de ira, de miedo, y proyectamos hacía el futuro nuestros pensamientos limitadores y negativos, que nos devuelven siempre el mismo mensaje. "NO PUEDO".

¿Cómo sabes qué no puedes sino lo intentas? Inténtalo una y otra vez sin rendirte, ya no eres pequeño, ahora eres grande y fuerte. Sólo necesitas "RECUPERAR TU PODER".

La vida nos llena de experiencias algunas dolorosas otras no, pero todas nos enseñan algo, y las dolorosas unas vez superadas, nos demuestran nuestras fortalezas, y nos hacen más completo.

Te animo a que no dejes de luchar por lo que quieres, si te equivocas vuelve a intentarlo, tendrás más experiencia, te conocerás mejor, y cuanto más pruebes mayor será tu conocimiento y tu valía.

En la vida todo se puede ,quizá no como imaginabas, pero seguro de la mejor manera para ti.

¡ÁNIMO TU PUEDES!


Olga Bernal

No hay comentarios:

Publicar un comentario