¿Quién puede recibir reiki?
Puesto que el
reiki es una terapia holística, no agresiva ni invasiva, que trabaja sobre
los campos energéticos naturales del cuerpo y que no tiene efectos
secundarios ni contraindicaciones, está indicada en todo tipo
de personas independientemente de su edad, sexo o condiciones particulares, ya
sean bebés, personas mayores e incluso durante el embarazo.
¿Quién puede ser terapeuta de
reiki?
Para ser terapeuta
de reiki no es necesario ninguna condición especial.
Simplemente debemos dirigirnos a un centro especializado o un maestro con quien podamos aprender
la técnica, la filosofía, sus fundamentos y la práctica manual.
Existen
distintos grados de reiki que se pueden aprender poco a poco, dependiendo del centro y del curso en particular.
Una vez aprendida la
técnica, cualquier persona puede ofrecer reiki. Eso sí, la
intuición, la sensibilidad y el compromiso de cada terapeuta son valores
añadidos que cada persona desarrolla de manera independiente y que debemos
tener en cuenta a la hora de elegir terapeuta de confianza.
Reiki y medicina convencional
El reiki está
recomendado y reconocido como terapia alternativa por la Organización Mundial
de la Salud. En EE.UU. y Reino Unido está incluido en el sistema
público sanitario y se utiliza en más de 1000 hospitales como práctica
complementaria a los tratamientos convencionales según un artículo publicado
por El Mundo. Es más, los servicios de emergencia de Nueva York
incluyen formación de reiki.
En España, al igual que ocurre
con muchas otras terapias alternativas y sistemas más naturales y alternativos,
vamos un paso por detrás. Pero la buena noticia es que ya existen unos cuantos
hospitales públicos como el “Gregorio Marañón” o el
“Hospital de La Paz”, ambos en Madrid, que han empezado a
utilizar el reiki tras comprobar los efectos beneficiosos que ejerce en sus
pacientes.
El diario ABC también
informa en un artículo reciente que el personal sanitario de los
hospitales madrileños “Ramón y Cajal” y “Doce de Octubre” reciben cursos de
reiki.
¿Cómo es una sesión de reiki?
Una sesión de reiki dura
aproximadamente unos 40 minutos, en los que el o la
terapeuta coloca sus manos a lo largo de los diferentes chakras del
cuerpo para canalizar la energía vital. La persona que recibe la sesión se
coloca tumbada en una camilla y no es necesario desvestirse. Como
siempre, al tratarse de terapias alternativas que trabajan de forma holística,
el ambiente, la calma, la música, o incluso el aroma de la sala tendrán un
efecto directo sobre la sensación de bienestar de quien solicita esta terapia
milenaria.
Es probable, aunque
no necesario para que funcione, que al recibir una sesión de reiki sintamos
determinadas emociones o sensaciones corporales, como por ejemplo frío o
calor, cosquilleo, llanto repentino o risa que surge sin explicación o motivo.
Esto puede deberse a la movilización de las energías que habían quedado
estancadas. De hecho, hemos experimentado en nuestra propia piel ese estado
emocional que invade toda racionalidad de pensamiento.
Concluyendo, el reiki es
una terapia inofensiva, muy eficaz para las personas que
confían en ella y cada vez más empleada por el sistema sanitario convencional,
a pesar de estar considerada por la comunidad científica como una
pseudociencia, ya que no existen estudios clínicos ni científicos que confirmen
su eficacia más allá del efecto placebo.
Sin embargo, el reiki ha
sido utilizado desde la antigüedad y sigue los fundamentos energéticos
del cuerpo humano (y de la vida en general) a los que la ciencia
moderna se acerca a través de la Física Cuántica.
Tocar es algo
maravilloso, dar y recibir calor a través de las manos es una experiencia llena
de amor y compasión que sin duda, deberíamos practicar con más frecuencia.
Por eso, no sólo te animamos a recibir sesiones de reiki sino
a aprender reiki para poder aplicar esta técnica armoniosa a
tu familia y a cualquier persona que se cruce en tu camino y a quien te
apetezca ayudar.
Olga Bernal
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