miércoles, 12 de septiembre de 2018

ATRAE ABUNDANCIA Y PROSPERIDAD A TU VIDA (1/3)



Tu derecho a disfrutar de las riquezas del universo es tan natural como el agua que bebes ¿Para quién imaginas que fueron creadas?

Entra en un bosque y quedarás extasiado por la exuberancia, extravagancia y prodigalidad de la naturaleza. Billones y billones de plantas, billones de flores de belleza indescriptible, billones de frutos que se multiplican en nuestras plantas. Mira con los ojos de la mente el subsuelo y verás una mina de incalculable valor cuya riqueza puede dar vida abundante a todos los seres de este planeta hasta el fin de los tiempos. Mira los océanos y haz la prueba de calcular las riquezas que allí se encuentran. Trata de dar un precio a cada estrella de nuestra galaxia y nota que, hasta hoy, no se sabe qué utilidad tienen ellas. Mira el Sol e imagina cuánto vale la luz, el calor y la vitalidad que él irradia. Elimina el Sol de nuestro planeta y la vida terminará. Suma los animales, las aves, los peces, los procesos químicos de la naturaleza, la vida que se expande por todas partes, el aire, los ríos, los lagos, el oro que existe en las entrañas de la Tierra, la plata, el cobre, los minerales, en fin, piensa en la inagotable abundancia del universo...


Mira ahora al interior de la mente humana y calcula las riquezas fantásticas e inagotables que de ella pueden ser extraídas. Todo lo que ves por ahí es fruto de la mente humana: el refrigerador, la radio, el computador, el avión, el tren, la pared, la lámpara, los muebles, el bolígrafo, la música, los cuadros de arte, la literatura, la cocina, el automóvil, la máquina de escribir, los satélites, la aspiradora, el navío, prácticamente todo lo que está delante de tus ojos es creación del hombre.

Dios es la mayor riqueza del Universo. La creación es obra del Padre. Sin tener necesidad de la riqueza, Dios creó todo lo que existe e hizo nadar al mundo en la abundancia. Observa, por tanto, todas las riquezas del mundo con ojos de alegría y admiración


Todo lo que fue creado en el mundo es para ti. Eres el rey de la creación. Eres el hijo de Dios, por tanto, eres el dueño del universo. Las riquezas infinitas fueron creadas para que las dominaras y te sirvieras de ellas en abundancia. Sería hasta inconcebible que Dios, pródigo, inmenso, infinito y cuya bondad supera en cualquier gesto, fuera a crear hijos de su estirpe, a su imagen y semejanza para que vivieran en la miseria, el sufrimiento, la enfermedad, la carencia y el temor por el futuro, al lado de tanta riqueza y prodigalidad sembradas en el mundo. Inconcebible. Ridículo. Inaceptable.

Jamás Dios condenó la riqueza, pues fue Él quien la creó.

Todas las riquezas fueron hechas para tí, pues el creador ya era rico en sí. Él poseía todas las riquezas del Universo aún antes de crearlas. De aquí en adelante, siéntase totalmente envuelto por la abundancia infinita.

Vivir en abundancia significa fluir con el amor, la prosperidad, la felicidad, la generosidad, el éxito, la buena salud. Al ver una persona rica, bendícela y alégrate con ella, pues esa persona ya está usufructuando los bienes creados para todos los hombres.

Dios creó el Universo por el poder de la Mente Divina. Tú crearás tus riquezas por el poder de tu mente. En verdad, tanto la riqueza como la pobreza, son estados del espíritu.

Un campo sólo puede producir arroz, trigo, soja, cuando en él se plantan arroz, trigo y soja. Si plantas en su tierra sólo espartillos, abrojos, espinos y hierbas dañinas, no querrás cosechar de ahí arroz, trigo y soja, porque no está en la naturaleza del espartillo, los abrojos, los espinos y las hierbas dañinas producir arroz, trigo y soja. Así acontece contigo: todo lo que tú plantas en tu mente lo cosechas en la realidad. La mente es como una labranza: lo que plantas es lo que recoges. Si estás inmerso en pensamientos de carencia, de pobreza, de miseria, es eso lo que recoges.

Dios sólo puede actuar en tí, a través de tí. De tal forma que usas su Poder Infinito a tu beneplácito, dado que eres un ser con libre albedrío. Sin embargo, nunca escapas a las leyes inmutables que rigen nuestro Universo: cosechas sólo lo que siembras. Si siembras pensamientos negativos, recogerás resultados negativos; si siembras pensamientos positivos y de abundancia, cosecharás abundancia.

Todo está en tí. A partir de hoy decídete a vivir lleno de bienestar y, desde hoy "lloverá en tu huerta", como dice un dicho popular.

Dios es rico; eres hijo de Dios; luego, tú eres rico. Es tu herencia Divina.

¿Has oído hablar del vil metal?  Pues es ese el nombre que mucha gente da al dinero.

Se escuchan afirmaciones negativas como éstas: el dinero es cosa del diablo; es un mal necesario; malditos los ricos... Debes haber oído conferencias y sermones condenando la riqueza y enalteciendo la pobreza. Personas que dicen estar temerosas como si estuvieran cometiendo un pecado, que les gustaría ganar más dinero a fin de dar más confort a la familia, e inclusive, para ayudar aún más a las personas y obras necesitadas. Pero se apresuran a agregar, como si estuviesen cometiendo una flaqueza: "no es que yo quiera ser rico, sólo lo suficiente, lo necesario"  Esa forma de pensar lleva a la interpretación subjetiva de que la riqueza es un mal y la pobreza es un bien.

Hay ahí un equívoco. Así como la salud es un bien y la enfermedad una anormalidad en el orden del universo, de la misma manera la riqueza es un bien y la miseria una anormalidad en la abundancia del universo.

Lo que existe de condenable es sólo el pensamiento y el sentimiento negativo en relación a la riqueza, y éstos son la ganancia, la usura, la explotación, la envidia, la rapiña, el pesimismo, el sentimiento de carencia, la crítica, el resentimiento, la avaricia, el miedo, el egoísmo, la prepotencia.

Mire al pez nadando alegre y tranquilamente dentro del agua. Él vive en medio del agua, que le es necesaria para la vida y, sin embargo, el agua no está dentro de él. Haz así con las riquezas. Vive sumergido en la riqueza, pues ella es un don divino a tu disposición, pero no dejes que la riqueza entre dentro de tí.

Siéntete envuelto por la abundancia, desea abundancia para poder moverte libremente a todos lados, alegre y tranquilamente. Inunda tu mundo exterior con los bienes y haz circular la riqueza también hacia los otros; así como el pez vive en medio del agua, vive del agua, pero deja el agua para que los demás peces lo usufructúen y vivan plenamente.

El dinero no es vil, sino un símbolo de la riqueza de Dios. El dinero significa la casa, el mueble, la comida, la vestimenta, las cosas agradables, en fin, todo aquello que está a tu servicio.


"La Tierra está llena de la benignidad del Señor".

Como ya sabes, existe un Poder Infinito dentro de ti que es accionado por el pensamiento. Toda causa produce el efecto correspondiente. Toda acción produce su propia reacción. Quien produce maldades, sólo puede recibir como consecuencia, la maldad. El amor produce el amor, el odio produce el odio.

La Abundancia y la prosperidad son estados del Ser. Significa reconocer, valorar y agradecer las bendiciones y crear un estilo de vida en el que nos permitamos fluir, estar abiertos y receptivos.  Dar y recibir son 2 aspectos claves para sintonizar con la abundancia del universo.

Nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo mantienen un constante y dinámico intercambio energético. Frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo.

El dar crea el recibir y el recibir crea el dar. Dar y recibir son dos aspectos del fluir de la energía del universo. Lo que desees para ti es lo que debes aprender a dar. Si deseas amor, aprende a dar amor, si lo que deseas es riqueza, ayuda a otros a conseguirla. Al dar y al recibir la intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe.


Mientras estemos dando, estaremos recibiendo. Cuanto más demos, más confianza tendremos en los efectos milagrosos de esta ley, y a medida que recibamos más, también aumentará nuestra capacidad para dar.

Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad y abundancia. Si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la vida, APRENDAMOS A DESEARLAS EN SILENCIO a todo el mundo.

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