Trascender al Ego
Citando a Tolle cuando habla sobre el ego, explica que nos solemos mover principalmente en dos tiempos: pasado y futuro, siendo el presente un simple puente de enlace en estos dos. Ambos son espacios que solo están en nuestra mente, no son reales, por lo tanto no son controlables. Aunque de lo que si podemos estar seguros es en el Ahora o momento presente. Esto al ego le incomoda muchísimo, porque normalmente no esta satisfecho con su situación actual, lo podemos identificar fácilmente cuando nos sorprendamos moviéndonos: en la queja, el victimismo, el juicio etc.
Así pues la forma más efectiva de trascender al ego es siendo conscientes de nuestro ahora, dejando a un lado las proyecciones pasadas y futuras. De este modo, posicionamos al ego en una situación de incómoda ( pero necesaria) aceptación de nuestro momento actual, porque lo que es ahora, es lo que es y no es modificable. Sin embargo y llegados a este maravilloso punto, la buena noticia es que el exterior no se puede cambiar, pero si podemos cambiar como nos afecte a nosotros y el primer paso para conseguir la transformación interior es practicar la desidentificación del ego, esto nos sitúa en un cambio de paradigma que nos obliga a experimentar y a crear experiencias reales. El ego en su “buen hacer”, intenta protegernos de las experiencias todo lo posible, nos aleja de los “peligros” que otros dicen haber experimentado, creando de forma inconsciente una jaula que nos protege de supuestas posibilidades “negativas” encerrándonos en una burbuja de protección que nos aleja de nuestro principio básico que es la creación de experiencias, o dicho de otra forma vivir la vida. Cabe destacar con todo ésto que no quiero decir, que lo eliminemos o lo ataquemos, al contrario, al desidentificarnos de nuestro ego, es cuando conseguimos que no nos domine para poder emplearlo a nuestro favor y conseguir de éste modo, la felicidad plena en cada instante en el único espacio tiempo en el que nos situamos: el presente.