Un ratón que se paseaba a lo largo de un arroyo se hizo amigo de una rana.Se reunían ambos, todos los días, a una hora fija, en el lugar de su primer encuentro con el fin de contarse historias y divertirse.
Un día, el ratón dijo a la rana:
"¡Oh, tú, el más noble de los animales! Desde hace mucho tiempo, deseo confiarte un secreto. Vienes del agua y a ella vuelves. Y yo, cuando te llamo desde la orilla del arroyo, no obtengo respuesta porque tú no me oyes. Mi corazón no se satisface con nuestros encuentros diarios. Me siento extraviado cuando no veo tu rostro. Para mí, eres la luz del día y la paz de la noche. Mi corazón desea estar contigo en todo instante. Pero tú ignoras todo de mi estado.
¡Oh, hermana mía! Yo vengo de la tierra y tú vienes del agua. Me es imposible sumergirme en el agua. Es preciso que encontremos un medio para que te lleguen mis llamadas."