Otra herramienta poderosa para subir y ajustar las frecuencias en el cuerpo y en los espacios, es el uso de aceites esenciales.
La frecuencia de los aceites esenciales oscila entre 53-320 MHz, la más alta entre todas las sustancias conocidas. En comparación, las hierbas frescas miden 20-27 MHz; las hierbas secas, 12-22 MHz; y los productos frescos, 5-10 MHz. Los alimentos procesados o enlatados miden cero. En otras palabras, contienen nutrientes químicos, pero no la nutrición electrónica vital de los alimentos frescos.
Todos los aceites esenciales generan nano-voltios de electricidad (millonésimas de voltio) en frecuencias de MHz mismos que generan los curativos y saludables iones negativos.
Además se descubrió que la frecuencia de los aceites se ve afectada por nuestros pensamientos. Los pensamientos negativos disminuyeron la frecuencia de los aceites en 12 MHz, mientras que los pensamientos positivos las elevaron 10 MHz. La oración marcó una diferencia aún mayor, pues elevó el nivel de las frecuencias en 15 MHz.
Por lo tanto, una de las modalidades curativas más importantes de los aceites es su capacidad para elevar nuestra frecuencia corporal hasta niveles donde las enfermedades no pueden existir. Esto se entiende con facilidad si recordamos que cada gota de aceite es capaz de aportar 40 mil moléculas de alta frecuencia de vibración a cada una de las células de nuestro cuerpo.
ALGUNOS ACEITES ESENCIALES Y SU FRECUENCIA VIBRATORIA
Medición realizada con el aparato BT3 Frequency Monitoring System creado por B. Tainio
.Rosa (Rosa damascena) 320 MHz
·Lavanda (Lavendula angustifolia) 118 MHz
·Myrra (Commiphora myrrha) 105 MHz
·Manzanilla alemana (Matricaria recutita) 105 MHz
·Sándalo (Santalum album) 96 MHz
·Menta (Mentha peperita) 78 MHz
·Albahaca exótica (Ocimum basilicum) 52 MHz