La candidiasis, así como otras enfermedades, puede ser un camino para llegar a la compresión de lo que está ocurriendo dentro de nosotras tanto física, mental como emocionalmente.
La candidiasis expresa siempre conflictos emocionales ocultos que permanecen archivados en nuestro inconsciente y que están relacionados, de forma genérica, con historias de frustración sexual. Situaciones en las que la persona ha deseado un contacto sexual que no ha obtenido o si lo ha obtenido, no ha resultado como esperaba. Es decir, relaciones sexuales que no fructifican como se desea; contacto sexual frustrante. También situaciones de haberse sentido sexualmente rebajado o abusado. Como respuesta biológica ante esas situaciones, la candidiasis supone una respuesta: una barrera, una protección física y sexual, ya que la irritación impide hacer el amor. Por ende, la candidiasis aparece sobre todo en personas que acumulan mucha frustración y rabia en sus relaciones, personas que exigen y se exigen demasiado en sus relaciones; pero que también viven con desconfianza.
La rabia y la ira –inconscientes- son siempre las emociones que subyacen en los conflictos ocultos que dan lugar a la candidiasis. Conflictos que se viven con enfado interior, con irritabilidad y con un fastidio profundo. Al fin y al cabo, como vemos, la candidiasis es la materialización de un conflicto que la persona afectada no sólo no asume sino que, además, rehúye buscar una solución.
Candidiasis bucal
Unas veces, se manifiesta en forma de placas blanquecinas en la lengua, en la cara interna de las mejillas, en las amígdalas, el paladar y las encías. Otras, en forma de fisuras y enrojecimiento en la comisura de los labios. Este tipo de candidiasis expresa principalmente conflictos relacionados con el destete (prematuro o repentino) y pérdida inesperada de contacto con el protector (normalmente la madre) o con la pareja.
Biológicamente, los problemas en la boca siempre evidencian un rechazo a “digerir”, asumir o aceptar ideas nuevas. Frecuentemente, se trata de situaciones sobrevenidas rápida e inesperadamente, ante las que no nos damos el tiempo necesario para poder analizar y sopesar todos los aspectos y opciones que surgen.
Los problemas bucales también aparecen por la existencia de pensamientos tóxicos que acumulamos y reprimimos. Generalmente son palabras que hemos escuchado y nos han molestado o herido. O palabras que nos hubiera agradado escuchar; pero que nunca fueron dichas. Es bueno y aconsejable, por tanto, tomar conciencia de eso que reprimimos y permitirnos expresar las cosas.
Candidiasis genital
La candidiasis genital es mucho más común en mujeres que en hombres. En el caso de las mujeres, la candidiasis localizada en la vagina o en la vulva suele provocar picazón grave, sensación de ardor e irritación. Durante el acto sexual puede llegar a provocar dolor. En el caso de los hombres, la candidiasis del pene suele aparecer por mantener relaciones sexuales con una persona infectada, por debilitamiento del sistema inmune, por la presencia de diabetes o por la toma de antibióticos. Cuando afecta a los genitales masculinos, aparecen manchas o llagas rojas cerca de la cabeza del pene o en el prepucio, además de picazón severa o una persistente sensación de ardor y escozor.
La candidiasis genital siempre pone de manifiesto conflictos de miedo, culpabilidad, vergüenza, desconfianza e ira en relación a la propia sexualidad. En definitiva, la candidiasis genital pone de manifiesto cómo vive y siente la persona su sexualidad y su relación de pareja; cómo ha interiorizado y “digerido” situaciones, expresiones y emociones relacionadas con conflictos personales pasados.
La persona que sufre candidiasis debe tomar conciencia del conflicto que alberga, preguntándose qué es lo que tanto le irrita en relación con su sexualidad, qué conflicto rehúye y qué es lo que no quiere ver o reconocer. Son personas que, ante todo, deben respetarse porque detrás hay siempre situaciones y sentimientos de fragilidad, de inseguridad. El primer paso es no dejarse invadir por gestos y palabras lesivas procedentes de los demás, para, a continuación, reconocer su propia fuerza y su capacidad de autoafirmación.
Toma en cuenta tus emociones. Como toda afección, la candidiasis esta relacionada de forma profunda con las actitudes y modos de sentir y ver la vida. La irritación, el mal humor, el enojo guardado o contenido constantemente no sólo provocan que las defensas del cuerpo bajen, sino que el cuerpo en general se desequilibra y es más propenso a todo tipo de afecciones e infecciones. La candidiasis, por ejemplo, se relaciona con sentimientos fuertes de frustración, de exigencia y desconfianza, sobre todo en las relaciones. También se relaciona con un sentimiento de sentirse constantemente disperso o confundido.
El mensaje que nos puede dar esta invasión fúngica…
Es aprender a aceptarnos y querernos más, para poder sentirnos más plenos y poder dejar ser a los demás, evitando así sentirnos frustrados e irritados con ellos porque no cumplen nuestras expectativas. Cuando dejas ser al otro, te dejas libre tu también, por lo que puedes confiar más en ti y en las personas que te rodean. También, puedes observarte y, en caso de que notes que te criticas o exiges demasiado, empezar a desarrollar un trato y diálogo más amable y comprensivo contigo mismo, contigo misma.
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