El problema de la cándida surge cuando aparece un desequilibrio, puesto que esta levadura suele estar presente en todos los cuerpos sanos. Al descompensarse pueden aparecer síntomas como alergias, eczemas o cefaleas.
La prueba para detectar la cándida existe desde hace algún tiempo, pero su origen se desconoce; a pesar de esto, se cree que es muy fiable.
Cuando te despiertes por la mañana, antes de ingerir cualquier cosa, genera un poco de saliva y escúpela en un vaso de vidrio con agua.
Deja pasar de 1 – 30 minutos y observa los cambios que se van presentando en el vaso.
Si hay cadenas de saliva que bajan, si el agua se volvió turbia, o si tu saliva se hundió hasta el fondo, es posible que tengas un problema de cándida.
Si la saliva flota normal, quiere decir que la cándida está equilibrada.
¿Cómo funciona esta prueba?
La cándida comienza en el colon pero, con el tiempo, mientras la levadura se multiplica, comienza a migrar hacia el tracto digestivo, llegando al intestino delgado, luego al estómago, esófago y dentro de la boca.
Si se desarrolla en exceso y llega hasta la boca, es muy probable que en la lengua haya una capa blanca que incluso puede cubrir el interior de las mejillas.
Al escupirla en el vaso de agua, esta simplemente se hunde porque es más pesada que el agua.
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